La procesión de las mortajas del Nazareno atrajo hasta la villa de A Pobra a unas 16.000 personas
La Banda de Música de la Escuela Naval Militar de Marín dio un mayor realce y vistosidad al evento

Dicen que la fe mueve montañas y en A Pobra lo que consigue cada año es que sean miles de personas las que, atendiendo a la creencia en los poderes curativos del Nazareno, y ayer no fue una excepción, llegó a superar los registros de las últimas ediciones y rebasó los 16.000 asistentes. Entre todos los participantes en la tradicional procesión votiva de las mortajas había muchos fieles creyentes que expresaron que el Santo les había echado más que una mano, e incluso las dos, y las ha cubierto con su manto para no abandonarlos y que puedan seguir en el mundo de los vivos cuando vieron la muerte muy cerca. Y otros, que reconocieron que no creen tanto, afirman que se agarran a lo que haga falta para seguir disfrutando de la vida junto a los suyos, pues sostienen que aún es demasiado pronto como para dejarlos sin su presencia o quedarse sin disfrutar al lado de ellos.
Y fueron estos últimos, tanto familiares como amigos, los que portaron los cinco ataúdes que se ofrecieron, en este caso, en su totalidad en agradecimiento al Nazareno por haberles ayudado a vivir. Es el caso de la ribeirense Pili García, que en julio del año pasado se cayó de una ventana situada a unos 13 metros del suelo y después de pasar mucho tiempo en la UCI y ser operada varias veces, se está recuperando. De hecho, ayer se la pudo ver con su túnica y pelo morados, que ya lució desde siempre al asistir a la procesión, caminando detrás del féretro y no dejaba de dar gracias al Nazareno. Inmediatamente después iban familiares y amigos de Clara Vázquez, de 30 años, a la que, según recordó su abuelo Alberto Suárez, le detectaron un cáncer y se ofrecieron al Santo cuando iba a operarse y al entrar en el quirófano y abrirla no le encontraron absolutamente nada anómalo. Ya acudieron el año pasado para expresar su agradecimiento y en 2025 repiten.
Familiares y amigos de cinco personas que vencieron a la muerte portaron duranrte todo el recorrido ataúdes ofrecidos al Santo
El pobrense Leo Fernández, que recuerda que hace un año acudió con el hábito para pedirle ayuda al Nazareno, en esta ocasión ofreció un ataúd después de recuperarse tras pasar bastante tiempo en la UCI a causa de seis bacterias que precisa que tenía en la sangre y que llegó a entrar en parada cardiorrespiratoria y que estuvo regresando varias veces al hospital hasta marzo pasado. Por su parte, Benito Álvarez, natural de Mos y residente en Vigo, y que tiene a su hermana Josefa residiendo desde hace un par de años en Boiro, declaró que hace siete años le diagnosticaron un cáncer maligno de próstata, que precisaba de una operación si no quería morir, por lo que acabó pasando por el quirófano y ahora se encuentra estabilizado.
Riesgo de perder una pierna
Y el pobrense José Manuel Cameán cuenta que padece diabetes y que a causa de una bacteria estuvo a punto de perder una pierna. Todo empezó en enero pasado cuando, con el diagnóstico que tenía, comenzaron a amputarle algunos dedos del pie izquierdo, pero no curaba. Ante esa situación, le dijeron que la opción que le quedaba para salvar el resto de la pierna pasaba por amputarle los tres dedos que le quedaban en ese pie, pues de lo contrario la perdería por completo, “e aquí estou”.
Todos los ofrecidos coincidieron en afirmar que “o Nazareno é moi grande” y que si le pides algo con mucha fuerza y sentimiento “non nos falla”. La emoción con la que dicen esas palabras queda reflejada en sus rostros, en los que el sufrimiento que padecieron con sus graves lesiones y enfermedades también les ha dejado una profunda huella, “aínda que ao ver agora ao Santo na procesión parece que todo doe moito menos”. Incluso hicieron referencia a que este año le cambiaron la túnica, que es más oscura y “luce moito mellor”, coincidieron en señalar varios devotos. Algunos relacionaron ese cambio en el hábito de la imagen con el hecho de que en medio de la procesión empezase a llover, algo que volvió a ocurrir cuando estaba a punto de entrar nuevamente en el templo del que había salido dos horas y media antes.
Portadoras del Carme do Castelo llevaron por primera vez la imagen del Nazareno durante el desfile en un tramo intermedio del recorrido
En lo que si coincidieron todos es en que la procesión, declarada de Interese Turístico de Galicia, lució mucho más que en años anteriores, pues señalan que estaba perdiendo el realce habitual que históricamente tenía esta cita. A ello contribuyó de una manera significativa la presencia y participación de la Banda de Música de la Escuela Naval Militar de Marín -su presencia era largamente anhelada-, que destacó por sus uniformes de color blanco impoluto, que contribuyeron a darle mayor esplendor al evento. Seis de sus componentes escoltaron a ambos lados y con sus fusiles y vainas al Nazareno y otro iba un poco más retrasado, mientras sus compañeros hicieron sonar diferentes marchas.
Además, se sumaron la Banda del Ateneo Musical da Pobra, la Banda de Gaitas Buxaina de Taragoña y los grupos de gaitas Xiada y O Son do Pote, con el desfile de varias autoridades y los miles de devotos. Y, como novedad, por primera vez, un grupo de mujeres portaron la imagen del Nazareno, que ya lo hacían con el Carme do Castelo, y en esta ocasión recorrieron el tramo entre el cruce de los semáforos y el parque infantil.
Volvió a poner el vello de punta el momento de la parada en A Covecha, con la imagen del Nazareno orientada hacia el mar, y la gente acercando a su manto diferentes objetos e incluso a sus niños de muy corta edad mientras explotó la gran traca de bombas en su honor, para luego regresar al templo de O Deán. Durante la procesión no hubo que lamentar incidente alguno reseñable, pero a su remate hubo un hombre que se sintió indispuesto a las puertas de la iglesia y al que inicialmente atendieron en la UVI Móvil, para seguidamente llevarlo al centro de salud de la villa, y otro cayó de espaldas en la Rúa Fernández Varela y se abrió una brecha en la cabeza, por lo que fue evacuado directamente al área de Urxencias dle Hospital do Barbanza, y en ambos casos para que recibieran la atención médica que precisaban y les realizasen las pruebas para determinar su estado de salud.