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Vilagarcía

Las ausencias más presentes: Masiva afluencia a los cementerios en Arousa por Todos los Santos

Vilagarcía y Cambados fueron algunos de los más concurridos

Monumental Santa Mariña al fondo, cubierto de blanco floral
Monumental Santa Mariña al fondo, precedido de blanco floral
Mónica Ferreirós

El recuerdo de los seres queridos que ya no están es masivo en las localidades de O Salnés, Ulla-Umia y Barbanza. Los arousanos acuden en familia a honrar aquellas ausencias siempre tan presentes, especialmente en fechas señaladas. Llevan tiempo preparando la cita y, en los días previos, cementerios como el General, de Vilagarcía, o Santa Mariña, de Cambados, se llenan de cuidados, con limpieza de jarrones y lápidas y mucho más ajetreo del habitual.

Unas tareas que no se limitaron solo al ámbito particular, sino también se extendieron al público. Y es que los concellos llevaron a cabo actuaciones especiales durante esta semana y las pasadas, para que la celebración colectiva de Todos os Santos fuese en el marco de la mejor imagen posible.

Por ejemplo, en Vilagarcía los operarios realizaron adecuación tanto de las zonas exteriores como interiores, con limpieza profunda, desbroce y eliminación de hierba o recogida de basura, entre otras medidas.

Curiosas despedidas

Es, sobre todo, el momento de poner las flores. También durante esta jornada se ampliaron los horarios de apertura de los cementerios, aunque la tradición no faltó tampoco al reloj y fue el mediodía el momento de mayor afluencia. Los arousanos acuden en familia a esta cita y muchos llevan de la mano a aquellos que han de garantizar el futuro de una tradición que se celebra en numerosas partes del mundo, aunque con distintos ritos y que, ya desde hace bastantes años, ha adquirido un significado (en términos generales) más sentimental que religioso. Santa Mariña, con su encanto histórico, fue uno de los que registró una masiva afluencia. En cuanto a las flores, predominó el color blanco, aunque también se pudieron ver ramos y coronas rojas y amarillas.

Eso sí, no solo son flores lo que se puede ver en las tumbas de los arousanos. En Cornazo, donde existe una importante comunidad gitana, se puede ver en el camposanto una cierta ruptura con el recogimiento reinante, cuando se llega a una zona de nichos y panteones donde los ramos y coronas comparten protagonismo con miniaturas de guitarras llenas de brillos, en recuerdo de vidas que estuvieron llenas de música.

Curiosa es también la estampa que se puede ver en una visita al Cementerio General de Vilagarcía, donde en un nicho hay una botella de champán en el lugar donde se suelen poner los jarrones. La explicación viene dada en el propio epitafio, que pide que a su marcha le lleven la bebida de las celebraciones, frente a las estoicas flores.

De epitafios curiosos también están llenos los camposantos arousanos. Sin salir del de Rubiáns, una lápida pide perdón por no cumplir con las normas protocolarias. “Disculpen que no me levante”, dice. A pocos metros de este nicho descansa Antonio. Aunque lo de descansar, según dejaron constancia sus familiares, es mucho decir. “Que según su deseo, seguirá trabajando”, señala el epitafio. Otros, en cementerios parroquiales de la zona sur de Vilagarcía, son mensajes que los vivos dejan a los que ya han emprendido viaje. Como el que unos hijos le envían a su madre, a la que piden que no les espere para cenar. “Xa iremos chegando”, informan.

Y en Cornazo, junto a las coloridas guitarras, también se pueden encontrar en las lápidas advertencias al más puro estilo lorquiano, anunciando las consecuencias que podría conllevar el robo de flores.

El recuerdo colectivo de los muertos queridos es una tradición que se remonta a hace muchos siglos, en concreto al año 855, y que ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Una encuesta reciente, encargada por Mémora, revela que el 60 por ciento de los españoles conmemora Difuntos y que un 84 por ciento de la población cree que es importante mantener esta tradición.. Aunque también es verdad que, en los últimos tiempos, aumentó el número de personas que prefieren que el recuerdo sea en la intimidad del hogar, donde se encienden velas, entre otros ritos (un 24 por ciento, según dicha encuesta). Sea como fuere, los cementerios siguen siendo el lugar al que muchos acuden. En Arousa, lo hicieron en un sábado festivo, con las calles más silenciosas de lo habitual y sin la lluvia de otros años.