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Vilagarcía

La fiebre del oro llega a O Salnés: sus máximos históricos alimentan el interés por la compra de lingotes

Las joyerías, que no venden este tipo de producto, perciben como hay gente que pregunta dónde puede adquirirlos

José Gómez, de “Gemas”, en el taller que tiene en su joyería de Edelmiro Trillo
José Gómez, de “Gemas”, en el taller que tiene en su joyería de Edelmiro Trillo
Gonzalo Salgado

Nunca como ahora en la historia el oro – un valor refugio sobre todo en épocas de incertidumbre– había alcanzado unos precios tan altos en el mercado de valores. De ahí que no solo los países –como puede ser el caso de China– hayan apostado por invertir en este preciado metal, sino que estas cifras que los economistas califican de “nunca vistas” han hecho que el interés de los ciudadanos de a pie por la compra de lingotes se haya incrementado también en la comarca de O Salnés. Lo que muchos no saben es que tenerlos en físico no es fácil, dado que solo pueden comprarse, por ejemplo, en establecimientos habilitados para tal fin como los de compra-venta de oro. En Vilagarcía ninguna joyería tiene este servicio, aunque también han notado el aumento de precio del deseado metal tanto para las ventas ordinarias como para las piezas que ellos fabrican en sus talleres.

Miguel Pazos, el propietario de Joyería Pazos, apunta que “nosotros no podemos venderlo para inversión, pero sí hay gente que viene a preguntar si tenemos lingotes. Lo hemos notado de dos meses para acá”. No es el único, también ocurre en otros establecimientos de este tipo en la capital arousana como en José Peón o en el taller de José Gómez “Gemas”, ambos en la calle Edelmiro Trillo. “Si, si veñen a preguntar, incluso xente que traballou en banca e que quere ter o lingote en físico”, explica Gómez.

El tema es el precio. En cinco años el precio de la onza de oro (que equivale a unos 31 gramos) se ha duplicado. En el año 2020 la onza estaba a 2.000 dolares y ayer mismo llegó a tener un valor en el mercado de 4.000 dólares. “Espero que non siga subindo, pero dáme que mentres haxa esta inestabilidade mundial vaino seguir facendo”, señala José Péon. Lleva desde los 15 años en el sector y no recuerda estos precios, como tampoco Miguel Pazos, con 38 años de experiencia en el campo. Ellos son conocedores de cómo funciona el mercado porque, concretamente en el taller de Peón, también se compra oro usado y él sigue muy de cerca la evolución del metal. A los que quieren invertir recomienda que “o fagan en lugares especializados para iso, como son refinerías que hai en grandes cidades como Madrid ou Barcelona, por exemplo”.

Lingotes desde un gramo

Aunque en Vilagarcía los lugares que se han consultado para este reportaje ofrecen lingotes desde los 2,5 gramos hasta un kilo (que alcanza ahora un precio de más de 100.000 euros) el propio José Gómez señala que también “os hai dun gramo”. Así pues la posibilidad de comprar este tipo de metales que el imaginario popular asocia más bien a secuencias de la industria cinematográfica es posible en la ciudad. Se comercializan, aparte, plastificados y es así como conservan mejor el valor en caso de que más adelante uno quiera venderlo.

José Peón señala que “o ouro está claro que cada vez vale máis, mentres que a inflación fai que os cartos en si mesmos vaian perdendo en valor”. Y no le falta razón. De hecho muchos economistas ejemplifican el galopante valor del oro con el paso de los años. Apuntan que si en el año 1900 alguien guardase en un cajón oro con valor para comprarse una casa en aquel entonces, hoy podría comprarse una vivienda con su coste actual. Sin embargo si guardase ese mismo dinero en efectivo hoy solo le serviría para comprarse un sofá. “Hay mucha inestabilidad y eso se percibe. Ocurrió lo mismo con la crisis de 2008, que también se acudió a los valores refugio”, indica Miguel Pazos.

“Hay mucha inestabilidad a nivel mundial y eso se percibe. Ocurrió lo mismo con la crisis del año 2008”

Ellos notan la subida del metal porque, aunque los lingotes suelen ser de 24 kilates y en joyería se trabajan fundamentalmente los 18, sí ha repercutido en el precio de los productos que venden y también en los que ellos mismos elaboran. “Hai xente que vén interesándose por mercar algo de ouro e cando lle dis o prezo escapan correndo”, señala José Gómez. Él lleva veinte años en la profesión y recuerda que, cuando empezó, una pulsera de oro para recién nacido tenía un coste de unos 55 euros. “Hoxe, hai seis meses, a mesma vale 240”, indica. Por su parte Miguel Pazos dice que “hai xente maior que sigue mercando ouro”. Mucho menos, entiende José Peón, que años atrás. Precisamente por el precio y – advierte Gómez– “tamén pola existencia da bisutería e disto de que a xente se cansa moi pronto das cousas. Que todo é máis de usar e tirar”.

En lo que coinciden todos es en que el trabajo puramente de taller ha aumentado. “Somos poucos e iso inflúe. A xente agora repara moito máis. Antes igual collían e tiraban as cousas e compraban outras. Agora non”, manifiesta Peón.

Todos coinciden en que va a ser complicado que el precio que tiene ahora el oro baje a corto plazo y de ahí la fiebre que se está generando y los deseos de invertir en lingotes.

Cómo identificar que es oro

Lo cierto es que esta cierta “fiebre del oro” puede percibirse en redes como TikTok o Instagram en donde abundan vídeos de establecimientos de compra-venta de oro en los que explican cómo reconocer cuándo una pieza es de este metal o cuando, simplemente, es un “fake”. Esa es la misma fórmula que emplean los joyeros cuando alguien les lleva una pieza, aunque bien es cierto que la experiencia es un grado y muchos ya lo reconocen cuando lo tocan. Lo primero es la prueba del imantado. “Se imanta, non é ouro”, explican. Después se aplica la conocida como “prueba oro ácido reactivo”, aplicando ácido nítrico sobre la marca que una pieza deja al rascar una piedra muy usada en el sector.

Y es que las joyerías también perciben que el aumento del precio del oro en los mercados ha influido en el hecho de que mucha gente acuda a ellos a vender joyas que no usan y a las que quieren sacarle algo.

En Vilagarcía pueden adquirirse lingotes desde los 2,5 gramos. Un kilo ronda los 100.000 euros a día de hoy

En lo que parecen coincidir todos los joyeros y también los expertos en mercados es en que el precio del oro todavía no ha tocado techo y que, por lo tanto, seguirá siendo una opción de inversión a corto y medio plazo.

¿El perfil? Pues fundamentalmente gente más bien joven que lo ve como un recurso. Cabe recordar que la inversión en oro no solo puede realizarse en físico con la compra de lingotes o de monedas de este material, sino también a través de inversiones en fondos. La plata también ha subido, pero de momento, muy lejos del metal rey.