Ravella colocará una malla protectora en el albergue ante el temor de que se desprendan más trozos de techo
La concejala de Urbanismo dice que el problema se detectó en veinte bovedillas, que van a ser sustituidas

El Concello de Vilagarcía colocará una malla protectora en el albergue de Carril ante el temor de que puedan producirse desprendimientos como los acontecidos hace unas semanas. El director del proyecto visitó las instalaciones el pasado jueves con responsables de una empresa para que esta ofrezca un presupuesto. “Son uns teitos moi altos e vai ser preciso o uso ou dun andamio ou dalgún tipo de elevador”, aseguró la edila de Urbanismo, Paola María, en la última sesión plenaria.
La decisión de quién va a pagar el arreglo de los desperfectos –si el Concello que es el propietario del inmueble o la Xunta que es quién lo gestiona desde el mes de julio– todavía no está del todo tomada. “Estamos en contacto directo e estase estudando por parte dos servizos técnicos quen ten que facer a obra. O que está claro é que se fará si ou si”, explicó la responsable del departamento. Y es que el albergue y su puesta en funcionamiento ha sido uno de los proyectos estrella del equipo de Alberto Varela. De ahí que el hecho de que hayan tenido que cerrarlo tan solo dos meses después de su apertura ha caído como un jarro de agua fría en Ravella. Parece probable que las instalaciones puedan abrirse antes de que termine la temporada de peregrinos (a finales de este mes de octubre), dado que los plazos burocráticos son lo que son y el tiempo juega en contra.
La razón del problema
Paola María indicó que tras las inspecciones realizadas por los técnicos en el albergue se determinó que el problema de los desprendimientos vino dado por el mal estado de unas bovedillas. “Todas están calificadas e certificadas, pero houbo algunha que non cumpriu. Xa se lle comunicou á empresa que as fabrica”, manifestó. De hecho cifró en que “de mil son arredor de vinte as que teñen algunha fisura”. Ahora la malla se colocará por si hay otras que puedan estar en mal estado y provocar más desprendimientos. Algo que, de momento, no ha ocurrido.
En un primer momento fue desde Turismo de Galicia desde donde informaron el cierre provisional del albergue debido a los desprendimientos detectados en los techos. Lo hacían por prevención no solo para los peregrinos que pudiesen usarlo, sino también para los trabajadores. A esta situación el alcalde vilagarciano, Alberto Varela, reaccionó rápido a lo ocurrido y manifestó su disponibilidad para colaborar en el arreglo de los desperfectos. Por su parte la Xunta ya fue tajante desde el primer momento apuntando a que debía ser el Concello el que financiase los trabajos, dado que era el titular del inmueble.
Cabe recordar que la construcción del albergue carrilexo –con unas vistas privilegiadas a Cortegada– se realizó con cargo a fondos de la Diputación de Pontevedra y ese el primero de la red pública que existe en la comarca de O Salnés, en el camino original.
