BANCO GALLEGO: BRONCA
Días atrás el Banco Gallego celebró una de las juntas generales extraordinarias más tensas de su singular historia. Cabe recordar, aquí y ahora, que el orden del día recogía una reducción de capital por pérdidas y un aumento de capital con aportaciones dinerarias, una “operación acordeón”, que básicamente obliga a sus socios a inyectar capital si no quieren perder su parte y dejar el 100% de la firma en manos del Estado.
Pero se armó el follón: ni siquiera la asistencia masiva de accionistas bastó para anular el único voto a favor, el del FROB, que controla el 49% de la firma a través de la nacionalizada Novagalicia. Aprobada la “operación acordeón”, en una sesión más que bronca que se alargó dos horas y media entre fuertes protestas, los accionistas tienen de plazo hasta el último día del presente mes de febrero para acudir a la ampliación de capital. De momento, sólo el FROB ha confirmado que participarán, inyectando 890 millones de euros, tras haber advertido al resto de los socios que tiene poder para vende Banco Gallego “sin necesidad de obtener su consentimiento”. Lo que pretende hacer a corto plazo. Y conste que “novias” no le faltan.
Restan 90 millones de euros para completar la ampliación, por 170 millones, aprobada en la reunión. De no aportar este nuevo capital, algunos accionistas podrían perder del orden de 15 millones de euros por cabeza, según fuentes del entorno del banco.
El accionariado de la entidad cuenta, entre otros, con el empresario Epifanio Campo(11,5%), Javier Ungría (11,48%), el actual presidente del Banco, Juan Manuel Ugoiti (7,41%), BNP Paribas (3,13%), Ramón Bahamonde (3,65%) y Amancio Ortega (2,46%), que es, además, principal accionista de Inditex.
En la misma reunión la junta aprobó el balance de 2012, con pérdidas de 275,6 millones de euros y un déficit patrimonial de 9,1 millones. La circunstancia descrita a la que ha llegado Banco Gallego nos hace añorar aquella etapa feliz de la creación de la que fue ilusionante entidad, cuando muchos gallegos en lo que se vislumbraba como positivo futuro mercantil.
