Para gestionar lo público no vale cualquiera

La crisis es la mala gestión de los políticos responsables. La dinámica de la política siempre tiene tendencia al derroche con obras caras para hacer propaganda y atraer a los votantes, importándole un bledo el endeudamiento, si gana, ya se arreglará, y si no gana, el que le sustituya que arree, así podrá volver antes. El electorado pronto olvida y se dejará engañar una vez más. No le importa el orden de prioridades.

En los países más ricos de nuestro entorno, vi aceras de asfalto, o de cemento, más baratas y seguras por superficies planas para caminar, aquí empleamos baldosas caras que hay que estar reponiendo, porque se sueltan y cuando llueve al pisarlas escupen agua en nuestras piernas y las del vecino que se cruza, causando accidentes y tropezones al estar las baldosas sueltas. Los políticos buscan técnicos de renombre, aspiran a que sus proyectos sean admirados en el mundo, ejemplos Ciudad de la Cultura, Terra Mítica, etc. En mi pueblo, Boiro, hay una piscina y un polideportivo que desde su inauguración filtra agua, lleva nueve meses cerrada por la mala gestión del gobierno; los usuarios de recomendación médica, están a la espera. El fallido proyecto fue premiado en la Bienal de Venecia. Hay otras grandes obras innecesarias, con un coste de más de 20.000.000 de euros en total, a saber: aparcamento A Buqueira, Viveiro de empresas, Centro Social de Cabo, otro en Abanqueiro, una nave en el Polígono; todos cerrados por falta de fondos para su mantenimiento. Se derrumbó una bonita y antigua Casa Consistorial, rodeada de jardines, para hacer otra en su lugar, un inmenso adefesio que costó 4.000.000 de euros, que tiene capacidad para albegar todos los concellos de O Barbanza. Y una fuente que costó 400.000 euros no sirven para nada. Estos 20 millones de euros en obras innecesarias nos vendrían de perlas para sanear la deuda del Concello. Estos comportamientos me recuerdan la película “La caída del Imperio Romano”. Se hundió con pan y circo.