El puesto que tiene la pescantina Marisa Fernández Otero en el mercado provisional de Riveira, ubicado bajo una carpa instalada en un solar entre la Praza de España y la Rúa Canarias, se volvió a convertir ayer en el foco de atracción de esa instalación municipal al igual que ya sucedió el 6 de junio del año pasado. Si en aquella ocasión destacó por poner a la venta dos jureles que pesaban un total de 3 kilos, algo que tanto los usuarios como los clientes calificaron de un hecho “extraordinario”, en la mañana de ayer había un gran revuelo en torno a esta vendedora, pues exhibía una merluza de gran tamaño, que pesaba más de 8 kilos. Sus compañeras dijeron que para encontrar un antecedente habría que remontarse muchos años.
Desde Peixes Marisa indicaron que en los doce años que lleva al frente de ese puesto no ha visto nada semejante en la plaza de abastos. En esta ocasión, hubo comprador para la pieza. Fue Mario Pouso, del restaurante O parque de atrás, en la Rúa de Galicia, muy cerca de la plaza de abastos. Para llevarse la merluza, el comprador abonó los 40 euros que le pidió por ella, “igual que paguei na lonxa”, dijo Marisa.
