Desde hace más de un mes los vecinos de Rouxique vivían una auténtica pesadilla. En más de una ocasión hicieran llegar sus temores al Concello de Sanxenxo y a la Policía Local. Y por fin han obtenido respuesta.
La solución a su angustia no era difícil. Y es que la generaba la avería en un semáforo que, hasta finales del pasado año, regulaba el acceso desde la zona de Rouxique a la carretera general que une Vilalonga con A Revolta.
Parecía que el semáforo no es responsabilidad de nadie. Y por tanto, ninguna administración se hacía responsable de su reparación.
Mientras tanto, y hasta ayer mismo, extremar la precaución era la única alternativa que les quedaba a los usuarios de esta vía para evitar una aparatosa colisión cuyas consecuencias tendría difícil previsión.
Y es que el vial de acceso a Rouxique se encuentra ubicado en medio de una curva, lo que dificulta todavía más la visibilidad para incorporarse al nuevo carril de circulación. Los coches deben introducirse literalmente en la comarcal antes de comprobar si la incorporación es posible. Y aunque la velocidad está limitada en este tramo, no siempre es cumplida por los conductores, lo que agravaría las consecuencias de una posible colisión por alcance.
Los vecinos, y usuarios diarios de esta carretera secundaria, desconocen los motivos que hacen que la administración se demorase en la reparación del mencionado semáforo, a pesar de que estaba en riesgo la vida de muchas personas, e incluso niños. Y es que el autobús escolar se enfrentaba cada día a los mismos riesgos que los usuarios, con el agravante añadido de que en su interior viajan escolares de corta edad.
Y si el autobús tenía que enfrentar este problema, otros muchos escolares los padecían cuando acceden a sus respectivos centros escolares en los coches familiares. “El riesgo es, si cabe, mayor, ya que los niños viajaban en la parte trasera que es la que más probabilidades tiene de sufrir un impacto más fuerte en caso de colisión”. Los vecinos aseguran que los últimos meses se han producido algunos accidentes, aunque ninguno de gravedad.
Ayer, y tras un mes de espera y numerosas advertencias del peligro que entrañaba la situación, los tres semáforos que regulan este peligroso cruce, volvían a funcionar, trabajando en aras de la seguridad vial de la población de todo este entorno, sobre todo de los vecinos de Rouxique.
Por ello, los usuarios de este vial agradecieron ayer al Concello que hubiese reparado, aunque con retraso, estos semáforos, a la vez que le pidieron mayor celeridad en caso de que vuelva a producirse una avería en los mencionados semáforos. Y es que consideran que extremar las medidas de seguridad no es nunca exagerado, máximo cuando está en riesgo la vida de menores.
