El alcalde, Tomás Fole, mantendrá la próxima semana una reunión con representantes del cuerpo de Bomberos en la que se abordarán las quejas de los efectivos antiincendios por el retraso en el aviso de la explosión y el incendio que tuvieron lugar en una vivienda en Ravella el 14 de febrero.
Aunque el regidor asegura que no es consciente de que existiera descoordinación y dice que esa es la opinión también del gerente del Consorcio, el popular Juan José González, lo cierto es que el malestar entre los Bomberos era evidente, tal y como explicó su representante sindical, Alberto González.
“O que queremos é intentar mellorar o servizo que se lle dá aos cidadáns nos casos de emerxencias. Para iso temos que reunirnos e atallar os problemas para que non se repitan situacións como a de onte (por el jueves)”, aseguró el delegado de UGT.
Ahora, los bomberos tienen la ocasión de transmitir estas quejas a los responsables políticos en una reunión que, insisten fuentes municipales, es de carácter ordinario.
los hechos
El suceso que se abordará la próxima semana en una reunión entre técnicos y representantes políticos tuvo lugar el jueves 14 de febrero en el número nueve de la Praza de Ravella, encima del Bar Campos. Pasadas las diez y media de la mañana los vecinos del inmueble escucharon una fuerte explosión que procedía del piso de María Luisa Vivero (más conocida como Marisa) una anciana de 83 años. A continuación, el ventanal de este inmueble se desplomó sobre un coche que se encontraba aparcado en el lugar y en el interior del cual estaba Ramón Cores, que esperaba a que su hermana sellase unas quinielas y que se llevó un tremendo susto pero no sufrió daños.
Testigos presenciales del suceso fueron el alcalde, Tomás Fole, y el concejal de Obras, Jesús Longa, que acababan de entrar a tomar un café en el Campos segundos antes de que tuviera lugar la deflagración. Un joven que trabajaba en el entorno, Iván Padín, fue el primero en subir al edificio para desalojar a los vecinos, que estaban muy nerviosos. Poco después llegaron la Policía Local y Protección Civil y, finalmente, los Bomberos, que fueron los que lograron sacar a María Luisa Vivero de su vivienda.
La mujer apareció agarrada al picaporte y semiinconsciente. El problema radica en que las puertas del edificio son blindadas y la mujer no fue capaz de abrirla.
La anciana inhaló monóxido de carbono en importantes cantidades y por ello todavía continúa ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos de Povisa, en estado grave. Precisa de respiración mecánica y está intubada. Su estado no ha evolucionado en las últimas horas.
Pese a la altura que alcanzaron las llamas, que numerosas personas pudieron ver desde la acera de enfrente, la mujer solo sufrió quemaduras en el cinco por ciento de su cuerpo. Fue la exposición al gas lo que le provocó mayores daños.
La avanzada edad de Marisa Vivero y su reducida capacidad pulmonar fue lo que desde el primer momento preocupó a los médicos que desde el primer momento dijeron que su estado era delicado.
