
La movida de Cambados es una de las más atractivas de la noche arousana. La localidad recibe cada viernes y sábado a cientos de jóvenes dispuestos a disfrutar del ambiente de sus pubs y discotecas. De hecho, se trata de negocios con bastante movimiento pues algunos de los que cierran reabren al poco tiempo con nuevo propietario. Sin embargo, no sucede lo mismo con una de las calles más concurridas: la de Pontevedra, que albergaba tres de los locales más populares de la villa y que echaron el cierre hace algunos meses dejando a esta vía sin el bullicio típico de una noche cambadesa, cuestión que, por otra parte, agradecen muchos residentes.
En sus fachadas lucen los carteles de “Se alquila” pero no parece haber excesivo interés en su reapertura. Otros del casco histórico han corrido mejor suerte y siguen funcionando gracias a traspasos.
Los que han trabajado en el mundo de la noche cambadesa comentan que, en los buenos tiempos, si un local funcionaba bien, la actividad ofrecía un amplio margen de beneficios, aún abriendo solo las noches de mayor afluencia (viernes y sábado). Una cifra que sitúan entre 1.000 y 3.000 euros mensuales, una vez cumplidas las obligaciones económicas con el personal y la administración. Sin embargo, la caída del consumo está siendo apabullante y, en consecuencia, algunos como aquellos han abandonado. Pero esto no quiere decir que la movida esté muerta. Persiste en el resto de vías aunque la afluencia haya bajado.