La asociación de viticultores libres de O Salnés, Vendima, está recabando firmas para pedir al Consejo Regulador de la DO Rías Baixas que prepare una propuesta de modificación del reglamento y la eleve a la Consellería do Medio Rural para su aprobación, en varios sentidos pero con el mismo espíritu: “evitar el intrusismo” en la viticultura y “mantener la estructura tradicional del minifundismo”. Aseguran que se está “potenciando” la entrada de grandes explotaciones en manos de empresas y esto provoca que estén en “posición de superioridad e incluso de abuso” frente a los pequeños y medianos viticultores, a los que defienden como la esencia de la denominación. Es más, consideran que, como estos han llevado al sello hasta el lugar que ocupa hoy en día, deben liderar su futuro porque “de seguir así las cosas, el tradicional equilibrio de calidad y rentabilidad en el ámbito de la producción, se truncará”.
límites en el registro
En su escrito, firmado ya por unos 200 productores y familiares directos hasta el tercer grado (tienen en cuenta que los pequeños emplean a sus parientes en la actividad), solicitan que la modificación del artículo 16 sobre el Registro de Viñas. Piden que se establezca la obligación de darse de alta en el Régimen Especial de Autónomos a los nuevos propietarios o arrendatarios de viñedos de dos o más hectáreas durante al menos 10 años porque entienden que acceden a una superficie de estas dimensiones para dedicarse en exclusiva a la viticultura; de otro modo, dan por hecho que es un complemento a otra actividad y que estarán cotizando en el régimen correspondiente. También piden que se limite el acceso a un máximo de 10 hectáreas por titular porque un viñedo así daría “beneficio suficiente para vivir una familia”.
“Vendima” también propone prohibir la transferencia de derechos de plantación y viñedo de otras Comunidades Autónomas. Lo contrario le parece “absurdo” teniendo en cuenta que en Galicia ya están cubiertos. Y respecto a los derechos de reconversión, plantea que únicamente se conceda a los titulares de más de dos hectáreas y de menos de 10. “Necesitan una regulación para evitar amiguismos en su otorgamiento”, añadió su presidente, Manuel Troncoso, al respecto.
El productor indicó que también están consultando a las grandes cooperativas y recabando apoyos en todas las subzonas de la DO con la esperanza de llegar a las 4.000 rúbricas pues están convencidos de que su propuesta “plasma el clamor popular de los viticultores” de Rías Baixas. Su objetivo es trasladar su escrito al órgano de gobierno antes de la próxima vendimia y no descartan acudir directamente a Medio Rural.
