El aumento de personas en las colas de Cáritas en busca de algo que llevarse a la boca cada día es solo comparable al de las largas esperas en las oficinas de empleo. Son evidencias de un mismo fenómeno económico que, a veces, consiguen apartar todo lo negativo de esta crisis para despertar actitudes loables, casi siempre lejos de las administraciones.
Así ha sido en esta ocasión en A Illa de Arousa, donde el Instituto de Enseñaza Secundaria se ha propuesto ayudar a quienes todos los días, a su vez, echan una mano a muchas otras personas. La asociación de padres de alumnos, profesores y estudiantes del centro han decidido crear un banco de alimentos, tras constatar las “dificultades” crecientes de la asociación sin ánimo de lucro para poder ofrecer productos de primera necesidad.
La labor de Cáritas se sostiene, en su mayor parte, por las donaciones particulares, de ahí la importancia de seguir cultivando la generosidad y solidaridad entre los más jóvenes, que en A Illa han acogido la iniciativa con entusiasmo.
Ayer presentaron la primera entrega de alimentos, en una campaña que tiene la firme voluntad de continuar, al menos durante todo este curso, con una recogida y entrega cada mes.
Para esta labor, serán los alumnos los principales actores en la búsqueda y recolección de víveres, ropa, calzado, juguetes y otros productos básicos, pero cualquier vecino de A Illa y de la comarca puede colaborar con el instituto o directamente con la asociación benéfica.
Dicen que donde hay justicia social no hace falta la caridad, aunque hoy por hoy, cada vez son más lo que han de buscar refugio en la segunda, perdida la fe en la primera.
