En el último mes se han registrado, por lo menos, tres avisos por la presencia de un olor similar al del gas en dos edificios del centro, aunque separados por cierta distancia: uno en el número 6 de San Gregorio y dos en el 18 de Pardo Bazán. El primero tuvo lugar en enero en esta misma calle y fue la única vez en la que se detectaron niveles contaminantes en el aire. No obstante, la repetición de estos episodios está generando inquietud entre los residentes, sobre todo, porque los expertos no encuentran su origen y la instalación de la calefacción y la cocina es eléctrica en ambos pisos.
El último se detectó ayer a las 10 horas en el interior de ese piso de San Gregorio y era muy fuerte. Hasta allí se desplazaron agentes de la Policía Local, voluntarios de Protección Civil así como técnicos de Gas Natural porque existe una instalación pero nadie la contrató y no está en funcionamiento, y de hecho, no desprendía olor. También se llamó a Espina y Delfín y el propio alcalde, Luis Aragunde, se acercó al lugar pero sigue sin saberse el origen del olor que, afortunadamente, no contenía emisiones contaminantes, como comprobaron los voluntarios con el explosímetro. Con todo, persistió durante buena parte del día y la agrupación tuvo que personarse en esta calle hasta en cuatro ocasiones diferentes.
arquetas abiertas
Hacía dos días que la Policía Local había atendido un aviso similar en la calle Pardo Bazán y en el mismo edificio que registró el primer episodio conocido. A diferencia de aquella vez, era sobre la una de la tarde y muchos de los residentes del número 18 se encontraban fuera de sus viviendas.
Los voluntarios de Protección Civil también se encargaron de hacer las pertinentes mediciones pero tampoco hubo contaminación y el hedor desapareció tras mantener abierta una arqueta situada frente al registro de la propiedad. Se trataba de la misma que desprendía olor en el episodio de enero, aunque en aquel momento también salía de las cajas de servicios ubicadas en cada planta del piso.
inspecciones técnicas
Según fuentes municipales, en este caso también se contactó con la empresa Gas Natural y sus técnicos estuvieron durante toda la mañana revisando la instalación de la zona.
Cuando tuvo lugar el episodio de enero se descartó la existencia de un fuga de gas tras haber revisado toda la infraestructura y, de hecho, se barajaron otras hipótesis como que el olor procediera de aguas empleadas para limpiar un tanque de gas de una empresa del polígono industrial o de un vertido. No obstante, nunca hubo confirmación oficial de una u otra.
