El Céltiga empató ayer en el Salvador Otero con el Pontevedra 1-1. Un punto que recompensa el trabajo de los locales, impecables en defensa y con una actitud solidaria encomiable durante los 90 minutos. El conjunto de Manolo Núñez no se achicó ante un grande y poderoso como el Pontevedra, que ayer volvía al Salvador Otero 29 años después. Al igual que en el único precedente los granates (ayer de blanco) se marcharon con un punto. Y eso que su puesta en escena apuntaba a que el partido no tendría mucha historia, porque la primera media hora fue un monólogo de los de Milo Abelleira. Pero el Céltiga se rearmó, supo sufrir y cambió el guión. Incluso en el segundo tiempo cuando recibió un mazazo con el 0-1 obra de Moisés Pereiro el equipo isleño reaccionó y logró empatar, curiosamente en una jugada del otro Pereiro, Breogán, que ayer se reivindicó ante su exentrenador con un partido excelente. Por lo que el empate final premió el esfuerzo y la convicción de un Céltiga que ha sumado 10 de los últimos 12 puntos, algo que no le impide mantener el discurso de no hacer cábalas más allá del próximo partido.
El duelo comenzó con un gran Pontevedra sobre el terreno de juego. Al equipo de Milo Abelleira parecía sentarle bien el traje de cuarto clasificado tras muchas jornadas fuera de puestos de play-off. Su puesta en escena así lo demostró. Jugando con las ideas muy claras, demostrando un trabajo detrás. El Pontevedra no solo tenía el balón, sino que lo tenía en el campo contrario obligando al Céltiga a recular y capear como podía el temporal. Cierto que la puesta en escena visitante entrañaba sus riesgos, los derivados de una defensa adelantada en un equipo que quiere ser protagonista.
Producto del juego llegaron las ocasiones del Pontevedra. La primera en el minuto 12 en un pase interior de Moisés Pereiro que dejó a Tubo ante Vila, pero el meta vilagarciano se estiró para rechazar un ajustado remate. Solo un minuto después Tubo estrelló un disparo desde media distancia en el larguero. La actividad de la pareja de centrales locales era máxima, con Moisés Pereiro manejando la batuta en la medular en los visitantes. Superados los 25 minutos de monólogo del Pontevedra el Céltiga dio un aviso, en un gran pase interior de Breogán Pereiro que desperdicia Fede. Además Núñez ordena el cambio de posición en la medular entre Beni y Jacinto, y los locales equilibran la batalla en esa zona donde Caco estaba imponiendo su ley. El duelo cambió. Ya no hubo un dominador claro. El Céltiga cerró la primera parte metiendo a su rival en su área. Un centro de Janeiro que despeja Lloves ante Rubén y varias acciones a balón parado demuestran la reacción local.
El Céltiga se va al descanso con el duelo no solo equilibrado en marcador.
segunda parte
Al inicio de la reanudación el Pontevedra trató sin éxito de manejar el balón y dominar a los arousanos. El Céltiga no estaba dispuesto a amilanarse, por eso el duelo entró en una fase más trabada, de contactos e imprecisiones y sin un dominador claro. Unai salva in extremis tirándose al suelo una carrera de Richi. El Pontevedra mueve el banquillo buscando acelerar el duelo. Y curiosamente se encuentra una acción aislada de pausa y calidad de Moisés Pereiro, que aparece en la frontal y tras un buen control orientado y un regate marca ante Vila. El 0-1 dejó desconcertado durante unos minutos al Céltiga. Pero superado el mazazo emocional, los isleño siguen en faena. Y así Breogán Pereiro no quiso ser menos que su hermano mayor y realizar una acción individual mediada la segunda parte que acaba en derribo dentro del área. Penalti que transforma Janeiro.
De aquí al final mucho empuje por parte de ambos, pero las defensas ganando la partida a los ataques. Las ocasiones ya solo llegan a balón parado. El Céltiga acabó el partido entero, incluso en el área rival. Una sensación inmejorable del grado de recuperación de los de Núñez.
