Las oficinas de la Policía Local de Vilagarcía van camino de convertirse en el cementerio de los objetos olvidados, o perdidos más bien. Y es que el cuerpo municipal hacía ayer público el listado de objetos que fueron llegando a las dependencias de Ravella a lo largo de 2012 y que, a día de hoy, todavía no han sido reclamados por sus propietarios.
En el listado se encuentran objetos de lo más variopinto. Es un compendio de objetos muy heterogéneo entre los que se encuentran gafas, teléfonos móviles, juguetes o incluso un carrito de bebé. En la lista también hay objetos que siempre se repiten en el grupo de “perdidos” año tras año. Es el caso de las llaves, monederos o incluso documentación de diferente tipo.
La lista de los objetos que, por un lado, no fueron reclamados y, por otro, no se pudo contactar con los dueños se compone de seis carteras y monederos; cinco teléfonos móviles; dos relojes; cinco documentos diversos (documentos de indentidad o tarjetas bancarias de las que no se consiguió encontrar a su propietario).
También hay en el listado una videoconsola portátil, un conjunto de objetos infantiles compuesto por silla de paseo, porta-bebés, silla de coche, una silla de bebé de paseo, una bicicleta de montaña, una cadena, dos pares de gafas, un bolso tipo mochila con objetos personales en su interior y un lote compuesto por una gran cantidad de llaves de diferentes tipos.
Lo que está claro es que los objetos perdidos de este año no difieren mucho de los encontrados por ciudadanos o por los propios agentes en años anteriores. Algunos de ellos son de muy fácil pérdida, dado que son pequeños y cualquiera puede olvidarlos bien encima de una mesa de una cafetería o incluso caérsele de un bolsillo en cualquier despiste poco afortunado.
Sin embargo sí sorprende que en el listado haya un carrito de bebé dado que es un objeto de considerable tamaño que no suele perderse con facilidad.
Desde la Policía Local animan a todos aquellos que hayan perdido a algo a ir a reclamarlo a las dependencias de sus oficinas para que puedan recuperarlas. Y es que los tiempos no están para perder cosas ni tampoco para caer en la posibilidad de no poder recuperarlas cuando sí es posible hacerlo.
