
La Consellería do Mar aseguró ayer que no puede paralizar el traslado de Cuca, pero podría sancionar al Grupo Garavilla en el caso de que mueva maquinaria sujeta a subvenciones sin su autorización.
El grupo vasco ya cursó esta petición y el departamento de Rosa Quintana está en estos momentos analizando la documentación para decidir qué hacer al respecto aunque advierten que en ningún caso podrían impedir el traslado o el cierre definitivo de la conservera en Vilaxoán. Eso sí, advierten que en el caso de que el Grupo Garavilla realice estes movimientos sin su previa autorización la conservera vasca podría enfrentarse a una sanción económica.
La totalidad de la maquinaria de esta conservera ya se encuentra completamente desmontada y lista para su traslado en el exterior de la nave, tal y como ya han advertido las trabajadoras. Sin embargo, el personal de mantenimiento de la nave así como los operarios extra que Garavilla envió para el desmontaje de las máquinas continúa realizando labores en el interior de la planta.
Cabe recordar que esta semana, concretamente el lunes, dieciocho trabajadoras afectadas por el ERE por traslado ya se incorporaron al trabajo en la planta de O Grove para la limpieza del pescado en el área de Isabel. Una tarea que poco o nada tiene que ver con la que realizaban en Vilaxoán. Para ello el grupo ya ha prescindido de otras tantas operarias eventuales que hasta el momento desempeñaban esta función.
Además, Comisiones Obreras alertó también hace unos días de que no hay garantías ni para los puestos de trabajo de Cuca en O Grove ni para las empleadas de Garavilla en la conservera meca una vez que el representante de este sindicato, Francisco Vilar, confirma que el grupo Bolton, propietario de Calvo, ha decidido que a partir del mes de mayo esta producción se realizará en las instalaciones que poseen en el municipio coruñés de Carballo en detrimento de la industria de O Grove. Para este sindicato las consecuencias están claras: Supondrá una menor carga de trabajo y, por lo tanto, pondrá en peligro los empleos no solo de Cuca, sino también de los de Garavilla. De hecho, el grupo Bolton ya cuenta con las correspondientes licencias del ayuntamiento y de la Xunta para ampliar las instalaciones de Carballo, por lo que todo indica que el traslado de la línea de las ensaladas no tiene marcha atrás, al igual que ocurre con el cierre de las instalaciones de Cuca en Vilaxoán.
Mientras tanto, el Grupo Garavilla sigue firme en su intención de traslado de la producción a O Grove. Pero si la postura de la firma vasca es férrea todavía más es la de las trabajadoras que mantienen sus protestas y sus guardias de 24 horas en el exterior de la fábrica. En una caseta, ubicada enfrente de la nave, permanecen desde el pasado 7 de enero y han recogido más de 12.000 firmas de apoyo para la permanencia de Cuca en Vilaxoán por toda la comarca arousana.