Una nueva medida de ajuste impuesta por el Gobierno central a las entidades locales perjudica a los ayuntamientos más saneados. El Ejecutivo exige la presentación, antes del 15 de marzo, de un marco o previsión presupuestaria a tres años vista en la que a los concellos que generen superávit se los obliga a tener que destinar este dinero a amortizar deuda, impidiendo que se pueda reinvertir en servicios, infraestructuras u otros proyectos.
La Corporación de Meaño ha sido una de las primeras en la zona de O Salnés en debatir y criticar esta cuestión, planteada en el Pleno de esta semana. Tanto el portavoz del BNG, Rodrigo Pazos, como la propia alcaldesa popular, Lourdes Ucha, coincidieron al valorar que la medida lastra a los ayuntamientos más saneados, caso de Meaño, que lleva años cerrando sus anualidades generando superávit.
La secretaria municipal explicó a los concejales que se está obligando a amortizar deuda, créditos bancarios u operaciones similares, “polos que estamos a pagar uns intereses ridículos e ao mellor dentro duns anos é necesario volver a pedir máis crédito, que será máis caro”, indicó.
Por ello, los dos grupos políticos consideran un error tener que utilizar el dinero de este superávit en liquidar una deuda que quedaría amortizada en pocos años y por la que se está pagando poco, a costa de eliminar la posibilidad de reinvertir en bienes y servicios en favor de los vecinos.
Otra de las medidas impuestas por este marco presupuestario atañe de nuevo a los ayuntamientos, administraciones a las que no se les permite cerrar los próximos ejercicios con déficit.
