El discurso más formal que utilizó al inicio de la sesión para defender la moción de censura mudó en uno más sentimental cuando ya cogió el bastón de mando. Mariola Sampedro inició su intervención ya como alcaldesa con un “é unha honra para min ser a primeira muller neste cargo e selo na miña cidade”. Un inicio que arrancó el aplauso de los presentes, dado que la mayor parte de los que fueron a arropar a Pérez Barral ya habían abandonado el local. En esta última intervención (la primera como regidora) recordó a sus padres y abuelos “que me inculcaron o amor por Ribeira”. Habló de su compromiso de “traballo e esforzo xa dende o primeiro día” y utilizó palabras como el “respecto, educación e honestidade”. Aseguró a los presentes que “teño o compromiso de seguir mirándolle aos ollos á xente con franqueza, con cariño e con entendemento e fóra da trincheira política”.
“Comprométome a tomar como exemplo a coraxe e valentía das heroínas de Sálvora”
De tú a tú aseguró que “seguirei sendo María, Mariola, a neta de Cacucho e de Fontao”. La conservadora apuntó que “sigo sendo a mesma e sigo mantendo as amigas da infancia, as daquí de Ribeira”. Nombró enclaves muy locales como el Faro de Corrubedo, el paseo marítimo y el propio mar. Hizo alusión a la historia de la localidad apuntando que “me comprometo a tomar como exemplo a coraxe, a valentía e a convicción das heroínas de Sálvora”. Siguiendo con las metáforas marítimas animó a todos a participar “nesta travesía”.
