Ravella ordena el cese de la actividad en las naves de los parquistas en O Ramal y advierte que puede precintarlas

La Agrupación de Parquistas OPP-89 tendrá que dejar de realizar la actividad de clasificación y registro de moluscos en las naves que ocupa en el muelle de O Ramal. El Concello de Vilagarcía ha enviado una notificación al presidente de la entidad, José Luis Villanueva, advirtiéndole de que las dos instalaciones carecen de las licencias oportunas, dado que estas todavía se están tramitando. Además – exponen desde Ravella– tampoco hay autorización para la actividad económica que se está desarrollando en estas naves y que, en todo caso, debe ser emitida por la administración local. Esta resolución – que fue oficializada en el marco de una Xunta de Goberno Local el pasado mes de agosto–también fue comunicada al presidente de la Autoridad Portuaria de Vilagarcía, José Manuel Cores Tourís, dado que –como se sabe– las naves están ubicadas en terrenos de su titularidad.

El Concello apunta que en mayo de este mismo año se solicitaron por parte de los parquistas dos licencias de obra. La primera para la modernización de la Nave A, consistente en la creación de pasarela metálica de acceso para limpieza y mantenimiento de la carpintería exterior. La segunda en la Nave B consistentes en la instalación de carpintería exterior y acondicionamiento interior.

Fue en agosto cuando la Organización Empresarial Parquistas de Carril presentaron en el Concello una “comunicación” previa de inicio de actividad económica para la citada clasificación y registro de moluscos. Ravella apunta que la actividad no se puede desarrollar en estos inmuebles “ata que sexan concedidas as dúas licenzas urbanísticas e conte coa conformidade municipal ao inicio da actividade económica e apertura da nave no peirao do Ramal”.

Desde el Concello advierten que si la actividad no cesa en las naves de O Ramal puede precintar las instalaciones y cerrarlas en caso de que esté abierto al público y en funcionamiento.

La actividad de los parquistas fue criticada desde el primer momento tanto por la Cofradía de Carril como por partidos políticos y gobierno local, al considerar que era una competencia desleal a la actividad de la lonja carrilexa. Algo que José Luis Villanueva negó en su día, apuntando a que las naves eran tan solo un “complemento” a la rula arousana por el hecho de que esta se había quedado pequeña para albergar la cantidad de marisco que pasa a diario por las instalaciones públicas.