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Vilagarcía

El elevado precio del alquiler mantiene vacíos una veintena de bajos en Rey Daviña

Los elevados precios del alquiler, la incertidumbre y la crisis derivada del coronavirus mantienen sin actividad una veintena de bajos en la considerada “milla de oro” a nivel comercial de Vilagarcía. Es la zona que va desde la Praza da Constitución hasta la Praza de Galicia cruzando todo Rey Daviña. Y es que el alquiler de uno de estos bajos tan céntricos -y con posibilidades para albergar un negocio comercial y algún que otro de hostelería- no baja de los 1.000 euros. De ahí para arriba. Desde la asociación de comerciantes Zona Aberta de Vilagarcía su presidenta, Rocío Louzán, señala que “nosotros estamos teniendo alguna alta pese al momento de crisis, pero hay mucho miedo y muchísima incertidumbre”. Además, respecto a los locales, expone que “algunos no solo son tener que pagar el precio del alquiler que te piden, sino que incluso requieren algún tipo de obra y eso supone una inversión inicial que, para un emprendedor, supone un riesgo elevado”.

El cambio radical en Rey Daviña llegó a raíz de su peatonalización. Fue entonces cuando las grandes cadenas desembarcaron en la calle para convertirla -junto a la también peatonalizada Castelao- en la zona de compras por excelencia en la capital arousana. Muchos negocios lo han intentado desde entonces y otros tantos se han visto obligados a cerrar sus puertas dejando espacios vacíos, algunos con una decadencia importante y con una imagen para el centro de la ciudad que choca con el entorno en el que están ubicados.

Así pues un local de 85 metros cuadrados puede pagarse a 800 euros el alquiler en la zona extrema a la que da a la Praza de Galicia. Otros, un poco más grandes, no solo piden un alquiler elevado, sino una fianza a priori de 4.000 euros. Otros se manejan entre los 2.300 euros y los 3.000 y sobre ellos incluso habría que hacer reformas para adaptarlo al uso que quiera dársele. Otros alquileres -que incluyen no solo el bajo, sino algún piso a mayores- están fijados a 6.000 euros a día de hoy. Cifras que muchos emprendedores consideran “abusivas”. Quizá es por ello que algunos de ellos llevan años sin actividad y con el cartel de "Se vende" o "Se alquila" ya desgastado por el paso del tiempo. Ocurre lo mismo con calles que son paralelas a esta central como pueden ser Romero Ortiz o las pequeñas que unen a ambas donde los bajos han pasado en muchos casos a estar ocupados a bajar la reja por falta de actividad. "Después de dos años duros ahora también hay incertidumbre. El mes de marzo ha sido nefasto. Los precios han subido en todo y eso se nota en los bolsillos. De ahí que el futuro sea incierto", reseña Rocío Louzán.