
A Vilagarcía solo le falta un paso para borrar de forma definitiva al franquismo de sus calles y es la retirada de las placas que todavía pueden verse en los viales que han mudado por fin de nombre y de forma oficial tan solo unos días. El Concello ha decidido que cambiará las placas durante las próximas semanas y que, además, también notificará a los vecinos afectados para que sepan cuál será ahora su dirección y se puedan llevar a cabo los cambios administrativos oportunos. Una tarea que requiere sus trámites burocráticos. Y no son pocos. Aunque será la costumbre la que modificará la nomenclatura en el día a día de forma natural lo cierto es que nombres como Fariña Ferreño, Conde Vallellano o General Yagüe ya son historia. Pronto pasarán a llamarse como ha decidido el Pleno de la Corporación después de años de revisión de un callejero que pedía una actualización a gritos.
Así pues Conde Vallellano – todavía en obras– ya es Clara Campoamor. A tan solo unos metros Rey Daviña ya no lleva el nombre del que fue alcalde de la ciudad, sino que es la Rúa do Río, como la conocen los vecinos de más edad y como figura todavía en sus conversaciones.
Los cambios de placa llegarán también a Fariña Ferreño, que ya es Maruja Mallo, en honor a la polifacética artista gallega. Y es que lo que se ha buscado también en la revisión no es solo eliminar los vestigios de la dictadura, sino también dar al espacio público nombres de mujeres. Mujeres que a lo largo de la historia han estado infrarrepresentadas en los entornos de mayor visibilidad. De ahí que Carril tenga un nuevo vial llamado Carmen Meaños y que un tramo de la carretera de Bamio sea para la actriz María Casares.
Por su parte Rivero de Aguilar ya es Laureano Gómez-Paratxa, mientras que General Yagüe contará muy pronto con una nueva placa que lucirá el nombre del juez Luis Pando. En Vilaxoán ya no hay Almirante Fontán, sino que los vecinos de ese vial son ahora de Serafín Ameijeiras, su último alcalde.