
A pocos días del arranque del verano –aunque con un clima inestable propio de la primavera– son muchos los que empiezan ya a organizar sus vacaciones estivales. Conseguir un alojamiento en la capital arousana todavía es posible en los diferentes portales web especializados. Eso sí, con precios no aptos para todos los bolsillos. De hecho pasar una semana del mes de julio en Vilagarcía puede llegar a costar más de mil euros a la semana, un precio que puede encarecerse a medida que pasan las semanas, dado que la última semana del mes (ya muy pegada a agosto, que es la fecha vacacional por excelencia) apenas tiene ya hueco para el turista.
Lo cierto es que aunque Vilagarcía tiene pocas plazas hoteleras en comparación con otros puntos de la comarca de O Salnés la opción de alojarse en un hotel sigue siendo la más barata. De hecho una pareja puede conseguir una habitación en el centro de Vilagarcía para la primera quincena de julio por poco más de 500 euros la semana. Eso sí, también hay opciones más caras que alcanzan los 800. La última quincena los precios ya se disparan, sobre todo teniendo en cuenta que el 25 de julio es festivo en Galicia y que mucha gente hace puente.
Los apartamentos –opción cada vez más elegida por los turistas que buscan mayor independencia– pueden encontrarse desde 600 euros la primera semana de julio a 900 euros en esas mismas fechas si están en primera línea de playa. Una casa con cuatro dormitorios en esta misma ubicación supera los mil euros. En la capital arousana también se ofertan villas “luxury”, muy próximas a la playa, con piscina y con varias habitaciones (hasta cinco dormitorios). Estas superan en la segunda quincena de julio los 2.000 euros por semana y hay algunas fechas para las que ya es imposible reservar porque ya están completos.
Segundas residencias
Lo cierto es que los establecimientos de uso turístico han ido creciendo notablemente en los últimos años en la capital arousana y acostumbran a llenarse (muchas veces a última hora y a la espera de la climatología) en el último momento. No obstante la capital arousana continúa siendo un lugar de segundas residencias, muchas de ellas ocupadas solo en los meses de verano por inquilinos que pasan el resto del año fuera de sus propiedades.
Pese a que la ciudad recibe visitantes a lo largo de todo el año –sobre todo cuando hay eventos destacados– son los meses de julio ( y especialmente agosto ) los preferidos por el turista (fundamentalmente nacional) para visitar la localidad.