Folletos con promesas
Es una de las viejas tradiciones que durante largas dos semanas los políticos llevan a la calle: encontrarse con los votantes y entregarles un folleto en el que le explican sus intenciones y a la vez le están pidiendo el voto. El folleto en esta nueva temporada electoral y de las votaciones suele ir acompañado de un bolígrafo, llavero o abanico en que figura la fotografía, el nombre del candidato y el partido o coalición por la que se presenta. Los empresarios del merchandising hacen su agosto primaveral y los votantes se llevan el regalo y tiran en la papelera más cercana el folleto que ni abren y nos les interesa para nadan
Cuando me entregan o recibo un folleto político siempre tengo la misma sensación que cuando abro una caja de un medicamente saco el largo papel, doblado en numerosos trozos, en el que se me cuenta las bonanzas del fármaco que voy a tomar y se me explica sus características y se me alienta de sus riesgos que casi siempre son iguales para todos los productos que salen de las grandes cadenas de la farmacopea.
En los folletos se hacen grandes promesas que luego a la hora de la verdad no se llegan a cumplir. De lo prometido a lo cumplido va un largo, muy largo, trecho que siempre solemos pagar los contribuyentes cuando al final nos damos cuenta que nuestro voto no ha generado las mejoras que se nos prometían por escrito en los papeles. De todo lo que nos entrega el político en la mano lo único cierto es el bolígrafo, el abanico o el llavero…
El folleto está cargado de promesas que el propio candidato sabe que no va a poder cumplir. En los papeles con colorines donde salen maravillosamente retratados los políticos debería disponer también de un epígrafe en el que se explicase de donde van a salir los fondos económicos para llevar a la práctica las promesas que con el paso del tiempo quedan almacenadas en ese gran agujero negro de los recuerdos.
No tengo la más mínima intención, pero si algún día me presento para ser elegido a cargo público no haré folletos con promesas que llenan las papeleras.
En verdad que estamos cansados en que se nos prometa y no se cumpla. Queremos realidades y no falsas promesas. A partir del domingo volver a empezar. Más de lo mismo.