Elecciones con sorpresa
El pasado 23 de julio se celebraron en España, los comicios electorales a la presidencia del Gobierno español y la constitución del nuevo arco parlamentario en nuestro país. Las que habían sido adelantadas por el presidente Pedro Sánchez, después del descalabro en las urnas, con motivo de las municipales y autonómicas, dando su adelanto de diciembre a julio, en 24 horas, después de sufrir una derrota en las urnas, de la que él, se proclamó el máximo culpable y en razón de su punto de vista, adelantar estos comicios, que por otro lado eran muy esperados por los votantes españoles, cansados de la amalgama de partidos que componían la mayoría parlamentaria de un gobierno fragmentado y enfrentado a todo y a todos. Los españoles esperaban el momento para señalar a Pedro Sánchez y sus acólitos, para señalarles el camino a seguir y también sobre unas leyes, que buscaban pagar favores recibidos por los apoyos que se habían dado al partido de Sánchez y esperaban a cobrar en la puerta, buena parte de ellas, han permitido fragmentar la sociedad y que estas se recomponga en dos bandos como el Partido Popular y el Socialista, pero que sigue en la brecha, a pesar de los españoles, en los tiempos en que Sánchez se hizo con las siglas y dejó al país endeudado hasta la saciedad El resto de los partidos que acompañaron a Sánchez, han salido bastante mal parados, otros se han reconvertido, pero siguen en la misma línea, un comunista cree en su política hasta el final. Otros, como el de Abascal, han tenido un buen caladero de votos, pero tiene que pensar en no morirse de éxito, como ya pasó con otros que; nacieron, triunfaron, y se fueron a pique. Baste pasar un repaso a la historia política de este país, para ver lo acontecido.
El ganador de estos comicios, ha sido el Partido Popular, con 136 escaños, que son insuficientes, pero que ha sido una gran remontada, teniendo en cuenta de donde, partía 89 escaños. El gran fracaso fue Abascal, al caer de 52 diputados a 33, dejando en el camino 19 escaños, quizás por su guerra en querer ser parte del problema y no su solución, si quiere avanzar, no debe exigir nada, solo apoyar propuestas, esto le dará mayor confianza en los votantes y será un partido a crecer. Si pide y no hay gobierno, el partido de Abascal, fracasará igual que los demás, que antepusieron prebendas a sus obligaciones de que funcionase la maquina de un país. Por el bien de todos. En lo que respecta a la formación del PSOE, este adelanto le supuso ponerse las pilas en una frenética lucha por la supervivencia y recondujo en barco que naufragaba y logró no solo, mantenerlo a flote, sino llegar a puerto con 122 escaños, dos más que en el 2019, quizás las últimas dos semanas se han volcado en la lucha más que los populares, es cierto que estos partían de un número muy bajo, mientras que los socialistas lo hacían de un número cercano al resultado obtenido. Por su parte Sumar, cumplió su objetivo de intentar mantener un número próximo de escaños a los que tenía en 2019 y logró sacar 31 diputados, es quizás un partido o una amalgama interna, que seguirá creciendo, si sigue en la línea moderada marcada dentro de su pensamiento global. Por supuesto, que ahora entra en juego las matemáticas de cada partido y su atractivo personal de lograr un acuerdo factible de formar un gobierno de coalición que satisfaga a las partes, de lo contrario, estaremos a la vuelta de volver a repetir unas nuevas elecciones generales entre noviembre y diciembre de este año 2023, si los acuerdos se salen de madre y no hay forma de entenderse entre las partes, por las exigencias puestas sobre la mesa, ya que la diferencia en la suma de fuerzas es muy escasa entre uno y otro color.