Y el domingo se contestó
El pasado domingo 12 de noviembre una buena parte del pueblo español, salió a la calle para hacer valer su malestar por la marcha que lleva el actual presidente Pedro Sánchez, en que, se propuso gobernar España, a cualquier precio posible y razonable, según sus intereses, estaba visto que lo haría a su modo, si como fue el caso, Feijóo, no lograba hacer valer su propuesta, la cual no salió adelante, por dos escaños, en cambio, los siete que precisaba el PSOE, liderado por Sánchez, alcanzó a realizar la afrenta de dejar al país muy mal parado para la posteridad.
Lo razonable, hubiese sido convocar unas nuevas elecciones generales y que el pueblo estimase lo más conveniente para el caso, elegir a uno u otro candidato, la decisión de Sánchez, fue tirar por el camino de en medio y tratar ahora de soportar otros cuatro años, que se le van hacer muy largos para soportar a los separatistas catalanes, a los que seguirán otros en su caminar. Cuando lo razonable, era, quitar competencias a aquellos, para que se acostumbrasen a pedir menos. Cuando piden y das, se pedirá más y así se tensará cada vez más la cuerda, hasta el punto en que se rompa.
Caso de llegar a esta situación, en la legislatura actual, que hará el gobierno de España, parará los píes a los catalanes, convocará elecciones anticipadas, dejará en manos de la justicia, la solución. No es fácil hallarla a este cisma político de intereses tan enfrentados. Cataluña no es una colonia de España, ni lo ha sido nunca, por eso no es posible una separación de la Corona, cuando han sido Condado de la de Aragón. Por tanto todo este juego separatista, trae un fondo económico en su parte principal, como perdonar la deuda que sostiene y empezar a crear otra nueva de una mayor envergadura, además de otras atribuciones políticas en beneficio de aquellos gobernantes regionales.
La situación sin lugar a dudas es compleja y complicada, ya que nuestra Constitución, se encuentra en paños menores, que viene a ser para ellos como papel mojado, al haber sido aprobada por el pueblo, pero no desarrollada en su conjunto, para mantener la seguridad jurídica de las autonomías, de ahí nace la discordancia, por el gran vacío existente en cuanto, a la valoración de su contenido y lo exigido.
A los partidos políticos, les había ido bien desde entonces y no se han preocupado de acotar los posibles desencuentros, entonces bastaba un diálogo con el partido de turno, un apretón de manos, unas cuantas concesiones y el montante preciso para su complacencia y todos contentos, al disfrutar de una mayoría política temporal para gobernar frente al otro partido opositor. Nunca en la historia de esta Monarquía, hubo un afán serio de entenderse los partidos mayoritarios en sus respectivas legislaturas. De ahí que este domingo, se contestó. Basta y atiendan al pueblo.