
Vilariño inauguró ayer las obras de mejora del cementerio tras meses de desencuentros aún vivos; tanto, que el día anterior, los críticos y la asociación gestora mantuvieron una reunión con mediación del alcalde, pero sin éxito. El caso es que ayer hubo una misa de celebración y el numeroso grupo de vecinos asistente se desplazó después en masa a contemplar el resultado del proyecto de 69.000 euros. La satisfacción parecía general, aunque algunas cuestiones han sido intocables por cuestiones de criterio de Patrimonio. Antes había un pavimento inestable de gravilla que suponían una incomodidad y hasta un riesgo, pensando en las personas más mayores. También había otros problemas de infraestructuras y estéticos que ahora desaparecen.
La directiva se mostraba satisfecha con el resultado y lo cierto es que la masa crítica supone una veintena de personas frente a los 160 propietarios. Sin embargo, no todo eran alegrías. Esos dueños disconformes siguen “moi preocupados”. Llevan meses exigiendo documentación y más transparencia porque son terrenos registrados a nombre del Arzobispado, pero sobre todo porque no entienden cómo la asociación va a devolver el anticipo una vez reciba la subvención municipal si se trata de una entidad sin ánimo de lucro.
Hasta el BNG saltaba hace unos días a la palestra advirtiendo que, de seguirse este método, podría incurrirse en “fraude de subvención”. Cabe recordar que el sistema elegido era que los propietarios adelantasen el dinero para hacer las obras y pagar al contratista y luego, una vez cobrada la ayuda, devolverle la parte proporcional.
“É unha cuestión interna”
El asunto se abordó en la reunión mantenida el jueves, pero Samuel Lago explica que “é unha cuestión interna na que non nos imos entrometer, eso si, debe seguirse a lei”. Indicó incluso que la asociación tendría otras opciones como deja ese dinero como exceso de cuota o como fondo para mantenimiento u otras obras, pero que el Concello lo que tiene que hacer es “comprobar que a finalidade para á que está concedida a subvención sexa a correcta”.
“Non queremos devolucións”
Solo se quedó el regidor con los críticos en ese encuentro pues la representación de la directiva “estivo 10 minutos non dixo nada claro nin sequera levou documentación e marcharon sen escoitarnos. É decepcionante ter xente así que nos represente. Nós queremos pagar o que nos corresponde, non queremos devolucións de nada nin posibles problemas con iso”, comentaron desde ese sector.
Respecto a que el BNG dijo que con esta ayuda el Concello quiere “comprar votos” en Vilariño, dando dinero público a una propiedad privada, Lago no quiso entrar “nesas descalificacións” y explicó que están para “dar servizos aos veciños” y el cementerio “ten unha clara trascendencia social e uso público. Afecta directamente a 160 familias; poucas inversións se fan que cheguen a tantos veciños. Son cartos ben
gastados”.
Y así inauguró Vilariño las mejoras de su cementerio, con conflicto vecinal incluido.