Izan la bandera roja y prohíben el baño en la playa de Cabío tras la aparición de medio centenar de carabelas portuguesas

La plaza pobrense de Cabío-Lombiña izó ayer la bandera roja, con la que se prohibió el baño en sus aguas, tras la aparición en su orilla de más de medio centenar de carabelas portuguesas, de las que una veintena eran de gran tamaño. Se trata de una situación que se está registrando en otros arenales del entorno y del resto de Galicia, que se viene registrando con bastante frecuencia en los últimos años. Pese a que este pasado martes ya se detectó alguna, no fue hasta las doce del mediodía de ayer cuando, al abrirse el servicio de socorrismo, volvieron a ser detectadas pero en un número mayor. Igualmente, también se informó de la prohibición del baño en A Barca, playa donde aparecieron algunos ejemplares de ese organismo colonial con apariencia de medusa y que tiene unos tentáculos venenosos que provocan una picadura peligrosa y con un dolor muy intenso e incluso se han registrado casos de muerte, pero son menos frecuentes que en las producidas por la avispa marina.
El cierre al baño de dicha playa pobrense tan sólo se había producido este verano en un par de ocasiones más, pero entonces se debió a las condiciones meteorológicas, pues se había echado encima la niebla y suponía un peligro para los bañistas, pero nada tuvo que ver con esa especie formada por una vela gelatinosa y unos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y luego las la boca hasta la cavidad gastrovascular, donde comienza la digestión. Por otro lado, desde ayer al mediodía y hasta el final del servicio de socorrismo, también ondeó la bandera amarilla en la playa urbana ribeirense de Coroso, donde los profesionales encargados de velar por la seguridad de los bañistas hallaron un par de carabelas portuguesas. Y, además, en el arenal de Tanxil, en el municipio de Rianxo, se localizó un ejemplar, pero estaba muerta.
| Tratamiento y precauciones si se ha sufrido la picadura de una carabela portuguesa |
| El veneno de la carabela portuguesa tiene en el ser humano efectos neurotóxicos, citotóxicos y cardiotóxicos, produciendo un dolor muy intenso,â e incluso se han registrado casos de muerte,â si bien menos frecuentes que las producidas por la avispa marina. Tras el contacto con una carabela portuguesa se siente una sensación de quemazón intensa, inflamación de las zonas del contacto, dolor agudo que puede llegar a provocar un âshockâ anafiláctico e incluso una pérdida de la conciencia si la zona afectada es extensa. e puede llegar a sufrir vómitos, fiebre y parálisis. El tratamiento recomendado cuando se sufre un contacto con un ejemplar de carabela portuguesa pasa por retirar los restos de tentáculos que hayan quedado adheridos a la piel; limpiar la zona afectada con agua salada del mar, pero sin frotar, o bien con suero salino o fisiológico, y no se debe usar agua dulce ya que puede provocar el estallido de los nematocistos aún Ãntegros y difundir más veneno, por la diferencia de la presión osmótica existente entre ambas, y aplicar calor en la zona mediante la aplicación de compresas calientes a unos 40º-45º centÃgrados o la inmersión del miembro en agua caliente sobre unos 15 o 20 minutos, lo que sirve para la destrucción de las toxinas venenosas, y también se puede poner frÃo en la zona afectada para mitigar el dolor. En cuanto a las precauciones, se aconseja no tocar los restos de carabela portuguesa con las manos y evitar el contacto de los mismos con otras partes del cuerpo; no frotar ni rascar la zona afectada; evitar el contacto con el agua dulce, no aplicar ni vinagre, ni amoniaco ni orina, ya que en este tipo de lesiones no son eficaces; evitar la exposición solar de la zona afectada, y acudir al médico en caso de complicaciones o de que el dolor persista. |