Condenado a un año y nueve meses de cárcel un vecino de Ribeira por agresión sexual a una menor de edad

El Juzgado de lo Penal Número 1 de Santiago de Compostela condenó a un vecino de Ribeira por un delito de agresión sexual a una menor de edad y le impuso un año y 9 meses de cárcel. El juez le dio credibilidad a la denuncia de la víctima, por considerarla sincera y mantenerladurante todo el proceso, además de que fue corroborada por el testimonio de sus amigas, y que el procesado “no ha dado una explicación lógica a la denuncia”. Además presentaba una lesión compatible con la acción defensiva de la víctima y que él mismo negó. Pese a que la Fiscalía y la acusación particular solicitaban penas de prisión de 3 años y 6 meses y de 4 años, respectivamente, el juez tuvo en cuenta las dilaciones indebidas, al haberse demorado un año sin causa justificada, y por ese motivo rebajó la condena.
La resolución judicial, que no es firme y contra la misma se puede interponer recurso de apelación en el plazo de 10 días desde su notificación, le condena a 4 años de prohibición de aproximarse a menos de 150 metros de la joven denunciante y de comunicarse con ella por cualquier medio o incluso contacto escrito, verbal o visual durante ese mismo periodo. Y le impuso una indemnización de 6.000 euros para la víctima, y el pago de las costas procesales, incluidas las de la acusación particular.
Los hechos probados por los que se condena a ese ribeirense tuvieron lugar en julio de 2022 cuando la denunciante estaba con tres amigas -menores de edad-, en casa de una de ellas y que se estaba arreglando para salir. Entonces, se presentó un adulto y les empezó a hacer varios comentarios, alguno de contenido sexual. Acto seguido, las muchachas salieron de la vivienda y él les dijo que no era su criado y les exigió que recogieran la lata de una bebida que la denunciante consumió mientras esperaba por su amiga. Entonces, regresó a la casa y, tras coger ese envase, lo tiró a la basura.
Cuando la adolescente se disponía a volver a salir, el condenado se le interpuso en la puerta con los brazos abiertos, cerrándole el paso, y le dijo que “me estoy convirtiendo en un viejo verde” y “me gustan las amigas de mi hija, en concreto tú, que eres guapísima”, para acto seguido comenzar a agarrarla y realizar actos libidinosos sin su consentimiento, y ella reaccionó empujándolo para liberarse de él. Él no cesó en sus intenciones y le pidió que se quedase un rato más con él, a lo que ella se negó y le propinó un doloroso rodillazo que le hizo encorvase, lo que ella aprovechó para huir de la casa.
Tras contarle a sus amigas lo que le había pasado y llamar a su madre parar decírselo, el condenado se volvió a acercar a ellas y les dijo que él no había hecho nada y les pidió que no contasen mentiras mientras que la víctima le pidió que la dejase en paz y que se marchase. Luego, apareció la madre de la menor agredida sexualmente y le reprochó al condenado lo que había hecho y lo abofeteó y le dio una patada. A continuación, acudieron a la Policía Local, donde le remitieron a la Policía Nacional y presentó denucnia por esos hechos en la comisaría.