El Mariscos Antón Cortegada sólo resistió hasta el descanso en su estreno en pretemporada en A Coruña ante un Maristas que se impuso 92-58 en el primer partido de la fase previa de la Copa Galicia. Una competición de la que pocas conclusiones va a poder extraer el técnico Manu Santos, que afrontó el debut con una plantilla mermada por las bajas de las americanas Christabel Ezumah, Maira Horford y Damaris Rodríguez, que todavía no han podido viajar a España, y los problemas físicos de la pívot María Angulo. Con una rotación corta, sobre todo en el juego interior, y tras poco más de una semana de pretemporada, varias jugadoras tuvieron que hacer un esfuerzo extra y estar en pista más de treinta minutos, como fue el caso de Cris Loureiro.
El Cortegada en la primera parte trató de poner en práctica la filosofía de juego que está implantando su nuevo técnico. Aún con escaso acierto en el tiro, el equipo vilagarciano no le perdió la cara al partido y compitió bien, realizando rotaciones constantes (36-28 al descanso). Pero en la segunda parte el equipo local subió su nivel y aprovechó su mayor rotación para abrir brecha en el marcador, apoyado en su elevado acierto, mientras el Cortegada se fue desfondando y llegó muy cansado, cometiendo errores defensivos por falta de energía, circunstancia que dio lugar a un parcial muy abultado, ya que las de Vilagarcía mantuvieron sus bajos porcentajes de acierto en los lanzamientos.
"En general tuvimos buenas sensaciones en cuanto a lo queremos hacer, pero ahora mismo estamos con la plantilla muy justa y requiere un esfuerzo físico extra", explica Manu Santos. El siguiente duelo será el domingo a las 17 horas en el pabellón Sara Gómez ante el Arxil. Las vilagarcianas llegan ya sin opciones de meterse en la fase final de la Copa y a la espera de que lleguen las foráneas para poder acoplarlas y prepararse de cara a la liga que arranca el 4 de octubre en casa ante León.
