La lluvia con la que ha comenzado el mes de septiembre no es nada comparado con la tromba de agua que ayer cayó en Castroagudín, un barrio de Vilagarcía que celebra sus fiestas así, echándose cubos de agua unos a otros al ritmo de la música y en medio de la diversión. No llega a la multitud de la otra, la más famosa, pero cada daño tiene más tirón y arraigo entre los vecinos.