Después de dieciocho horas ininterrumpidas de música en directo, los miles de asistentes al Festival Revenidas todavía pedían más. Y eso que se calaron hasta los huesos con una, por momentos, incesante lluvia fina. Heredeiros da Crus y el resto de grupos se encargaron de caldear el ambiente y prepararse para que las sardinas asadas tomen hoy el relevo de un festival único.
