Vilanova, como A Illa y Vilagarcía, por poner solo algunos ejemplos del entorno, se benefician de una importante inversión para cambiar los antiguos contadores del agua por otros digitales. Una app y un sistema de inteligencia artificial prevén extraer todo el jugo a estos nuevos datos a gran escala. Tiene pros, qué duda cabe. Y también riesgos. Sabrán hasta a qué hora nos duchamos.
