El alcalde de A Illa de Arousa da por buenos los resultados de un verano de pruebas piloto de una nueva movilidad. La Zona Residencial se quedará todo el año, llegará la zona azul en la próxima canícula, repetirá, aunque con cambios, el bus circular, las bicicletas públicas estarán operativas también. Y se valoran otras acciones complementarias. El paquete de actuaciones causó mucha controversia, pero casi siempre ocurre algo similar con cada peatonalización en casi cualquier lugar. Después, es raro que alguien apueste por volver al modelo anterior. A eso se aferra el equipo de gobierno, que ha recibido el beneplácito de muchos residentes tras haber constatado la reducción del tránsito que ocupaba calles, y estacionamiento, en las calles interiores. Mientras, municipios más bien próximos, como Vilanova de Arousa, tan solo al otro lado del puente, implantan medidas muy similares sin apenas repercusión ni oposición. Cosas que pasan.