La Guardia Civil había concedido al cierre del pasado año licencias para 8.440 armas cortas de particulares por la existencia de riesgo especial y de necesidad, una cifra que representa un repunte del 4,4% respecto al ejercicio anterior (8.081) y que supone la más elevada desde 2014. Para encontrar un número más elevado de armas cortas en manos de civiles hay que remontarse hasta 2013, cuando había autorizadas 9.738. Desde entonces fue decayendo el número de forma significativa, alejándose cada vez más de las 10.213 que se contabilizaban en 1996. Menos mal que están controladas todas.
