La Fundación Manolo Paz entregó ayer su premio anual al arquitecto David Chipperfield en un marco espectacular como es la desembocadura del río Umia salpicado con obras del escultor cambadés. Ambos artistas se fundieron en un abrazo que simbolizaba la unión de la sensibilidad por el medio de dos personas que en su quehacer profesional contribuyen a crear un mundo mejor.
